El edema agudo de pulmón

se define como el cuadro clínico secundario a insuficiencia aguda del ventrículo izquierdo o por una estenosis de la válvula mitral, con el consiguiente aumento de la presión capilar pulmonar y extravasación d

e líquido al intersticio y alvéolos pulmonares.

El comienzo del cuadro suele ser brusco, frecuentemente nocturno. La incidencia aumenta con la edad.

Toda situación que eleve la presión capilar pulmonar provocará un edema agudo de pulmón. La aparición de edema pulmonar puede ser secundaria a infarto agudo de miocardio o a insuficiencia cardíaca izquierda de cualquier origen (crisis hipertensiva, arritmias cardíacas) o presentarse en cardiopatías crónicas o valvulares (estenosis mitral) descompensadas (por aumento de la presión arterial, arritmias, hipoxemia).

Dentro de este apartado debe también incluirse el edema pulmonar por sobrecarga líquida (o síndrome de congestión venosa) que se produce en pacientes que reciben, por necesidades terapéuticas, aporte masivo de líquidos, cristaloides o sangre.

Por último, se han descrito otras formas de edema: por obstrucción grave y brusca de la vía respiratoria principal o tras el drenaje súbito y masivo de un neumotórax.

¿Cuáles son los síntomas del edema agudo de pulmón?

El síntoma principal es la dificultad para respirar (disnea), puede aparecer al realizar determinados ejercicios físicos o, en casos más graves, en reposo. En muchas ocasiones el paciente no tolerará permanecer tumbado teniendo que estar incorporado (ortopnea).

Otros de los síntomas son: mal estado general, inquietud, angustia, sudoración abundante, frialdad en la piel, tos con expectoración sonrosada, disminución de la cantidad de orina, aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la frecuencia respiratoria con uso de la musculatura accesoria para conseguir la ventilación, etc.

Los síntomas más habituales son:

  • Dificultad para respirar (disnea).
  • Ortopnea.
  • Mal estado general.
  • Sudoración.
  • Frialdad de la piel.

Comentarios